Dedico este post a mi querida amiga Elisabet Belmonte, por todas esas noches que hemos desgastado con las suelas el tronado parquet del Apolo, nos han cerrado , nos han echado… y esas inmediatas mañanas de chocolate-brandy en el café Espanyol del Paral·lel. Un abrazo Belmont.
“…say it loud, I’m black, and I’m proud”
( dilo en voz alta, soy negro y estoy orgulloso!)
(fragmento de la letra de la canción del mismo título de James Brown,” el Rey del Funk”)
Hace dos años, en la mañana del día de San Esteban (26/12/2006) nos despertamos con la noticia de la muerte del cantante de soul James Brown , que fue retornado al lugar de su debut profesional _ el legendario Apollo Theater en Harlem, Nueva York _ capilla ardiente en dónde sus fans, acudieron a profesarle su afecto y darle un último adiós.
El cuerpo del difunto Brown permaneció en el escenario del Apollo de 1 p.m. a 8 p.m., y cientos de personas acudieron a rendir homenaje al maestro del soul y el funk y precursor de cosas que vendrían después, como el disco-music, el rap o el hip-hop.
Que decir de este monstruo del escenario, este maestro, esta cola de lagartija humana, capaz de generar kilowatios de energía en cada actuación, pues eso…como las palabras se me quedan cortas para glosar al maestro, os extraigo unos parrafitos de la Wiki:
….”Por llamarlo de alguna manera, el
funk es una creación colectiva: todos los instrumentos se concentran en generar un cierto ritmo, a expensas de la melodía. James Brown tuvo la genialidad de implicar a instrumentistas imaginativos, muchos de los cuales siguieron productivas carreras en solitario:
Alfred Pee Wee Ellis,
Maceo Parker,
Fred Wesley,
William Bootsy Collins. Pero sin la visión de un genio como James Brown, es posible que no hubieran pasado de nombres para coleccionistas.
El rey del
soul buscaba el momento adecuado para grabar: muchos de sus más grandes clásicos se hicieron en la carretera, entre actuación y actuación. No podía ser de otra manera. Brown se había ganado a pulso el título de "el trabajador más duro del mundo del espectáculo" debido a la intensidad de sus actuaciones y el número de conciertos: más de 300 en sus buenos años. Le gustaba alardear de la afilada precisión de sus bandas, sometidas a disciplina ferrea, rayando lo militar: multas por retrasos, descuidos indumentarios, fallos musicales; y si el culpable se resistía, podía llegar a ponerse violento…”
Si uno tiene paciencia , contemplando videos de actuaciones del maestro, observaremos que algunas veces, dentro de su frénetica coreografía hacía un gesto señalando a uno de sus músicos un número con los dedos ( 2, 3 ó 4) no era ningún código musical…sino que les estaba indicando que , por haberse equivocado en una nota o en el momento de entrar-musicalmente- con su instrumento, les descontaría 20, 30 o 40 dólares del sueldo.
Siguiendo con Wikipedia…”Sin lugar a dudas estamos ante toda una leyenda, Brown consiguió alcanzar una posición hegemónica durante la segunta mitad del
siglo XX, el cual quedó marcado por la emergencia su necesidad de la
música afroamericana.
Michael Jackson pudo ser más popular pero no gozó de su influencia sonora.
Miles Davis tuvo más respeto pero nunca logró su impacto comercial. Su influencia en la música ha sido tal que músicos como
Mick Jagger,
The Who,
Prince,
David Bowie y
Michael Jackson le han reconocido como un gran inspirador en sus carreras. Una vez dijo: "Lo que me conviene es desaparecer, llamando la atención lo menos posible….” Sin embargo su multitudinario funeral en el Apollo theatre de Harlem, New Cork, fue de todo menos discreto.
La verdad es que glosar a este monstruo del Funk me ha venido al pelo para internarme en una de estas entradas de caos mental, de saltos de una cosa a otra que tan acostumbrados tengo a los sufridos asiduos del blog…El Apollo Theatre de Harlem –New York. ( Teatro y sala de Baile a la vez), -en el que el maestro debutó, se despidió de este mundo y protagonizó noches inolvidables-
Dio nombre, por mera imitación, a otra sala de baile, esta vez ya en territorio patrio. La sala de baile Apolo del Paral·lel de Barcelona .
En el cruce entre la Avinguda Paral.lel y el Carrer Nou de la Rambla se han vivido muchas noches. Probablemente, más noches que días. A un corto radio de esa intersección se encuentra la mayor conglomeración de teatros y locales de mala vida de toda la ciudad, detalle por el que se ha llegado a llamar a la zona el Montmartre de Barcelona. Unas luces rojas señalan la ubicación de uno de estos locales: la Sala Apolo. ( ver foto) Aunque ahora veamos la sala Apolo como un centro imprescindible para la música en directo y un espacio para la música electrónica de vanguardia, lo cierto es que no hace tanto que funciona como tal. De hecho, la sala… (que nació en 1946- Juan Marsé la menciona en sus “Últimas tardes con Teresa” y mi padre que cuenta hoy con setenta y cinco años de edad, se ha marcado más de un bailecito allí los sábados de su juventud de posguerra)… se mantuvo exclusivamente como sala de baile hasta 1991, cuando se programó por primera vez un concierto (de James Taylor Quartet). Desde entonces, las actividades en esta sala con aspecto de teatro bohemio, con piso de madera y de rojo como color predominante, han ido sumándose hasta convertirlo en lo que es hoy en día. Las actuaciones musicales primero y la llegada de Nitsa más tarde han dado forma a la sala que actualmente conocemos.Su programación como discoteca varía según el día de la semana. Los miércoles se mueven al son de ritmos jamaicanos, brasileños y afro en las Caníbal Sound System. Los jueves, con la Powder Room, se baila música negra, desde el soul hasta el hip hop. El fin de semana es tiempo para la innovación electrónica programada por Nitsa. En 2006 abrieron La [2], que está abierta viernes y sábado, programando pop y rock independiente (a cargo del mismo equipo responsable del festival estable de Barcelona” Primavera Sound”).
En la segunda parte de los 90, en esa Barcelona posolímpica en la que empezaron a pasar muchas cosas a la vez…me permito destacar el nombre ed otro ilustre difunto ( y demasiado joven para ello) que entró por méritos propios en mi galería de héroes. DJ Sideral.
El músico y pinchadiscos barcelonés Aleix Vergés, ( fallecido a la temprana edad de 32 años , el 21-5-2006) fue conocido por todo el mundo como Dj Sideral, Vergés estaba considerado como una de las figuras esenciales de la escena 'clubber' barcelonesa.
Aleix Vergés (Barcelona, 1973) fue, junto a David Nicolau (An der Beat) y Amable, el creador de la escena electrónica de clubes en Barcelona, así como uno de los primeros pinchadiscos catalanes con proyección internacional.
Musicalmente, se inició como cantante, guitarrista y compositor del grupo Peanut Pie, que en 1996 ganó el concurso de maquetas organizado por la revista "Rockdelux", lo que les sirvió para grabar un disco homónimo que maridaba pop con electrónica y se declaraba heredero del entonces en boga 'sonido Manchester'.
Vergés fue uno de los primeros pinchadiscos residentes de la mítica sala Nitsa Club
Al disolverse Peanut Pie, Vergés puso sus miras en las cabinas de las discotecas, y con un estilo ecléctico, que mezclaba electrónica y pop, fue uno de los primeros pinchadiscos residente del original Nitsa Club, situado en la sala Apolo de constante referencia .
Al crecer su prestigio y fama, pinchó en casi todas las ediciones del Sónar -dos de sus directores produjeron el único disco de Peanut Pie-, en el Festival Internacional de Benicássim (FIB) o en el Groove Parade de Los Monegros, así como en diversos clubes barceloneses -Moog, Salsitas, Otto-Zutz-.
Su apogeo llegó cuando fue contratado dos veces como 'dj' residente en sendos clubes irlandeses, uno de ellos The Kitchen, propiedad de U2.
En 2001 editó el doble compacto "Darkhouz & Poptronic", su primer disco como Sideral, y en 2003 repitió con "Schizotronic & techno". Al tiempo de su fallecimiento preparaba su tercer compacto de mezclas y trabajaba en un disco acústico que supondría su debut como solista.